El arduo camino
Sección:
VOCES Periódico El Nuevo Día
18 de agosto de 2007
Por: Francisco Cartagena Méndez
Artesano
La cultura Puertorriqueña es sin duda alguna una muy interesante. En nuestras nativas tradiciones
encontramos la bomba y la plena, así como la trova. Indiscutiblemente de gran
valor en toda cultura es la artesanía, que con esmero y dedicación del artesano quien la trabaja, representa y realza la misma.
Resulta como en muchas ocasiones muy confortante ante los ojos del puertorriqueño, una talla de santos, un vejigante, una
pintura taína, diversas piezas artesanales que reciben e impresionan al extranjero.
Por otro lado en nuestro país si bien es cierto que habemos un gran número de jóvenes
artesanos que dedicamos de nuestro tiempo al arte y a la cultura, más cierto resulta que es muy poco el apoyo que se recibe,
que como consecuencia en tantas ocasiones hace que tan hermosa vocación sea abandonada.
En Puerto Rico, la politiquería mezquina y ciega, las ansias de poder han desviado
a la mayoría de nuestros políticos a asuntos que carecen de importancia y que, terminan en dimes y diretes y competencias
de ‘quien es peor que el otro’ o ‘quien roba más al pueblo’.
En nuestra Patria, hacen falta programas y campañas educativas que se encaminen a revivir,
realzar, valorizar nuestra cultura, lo cual debe ser asunto importante en la agenda del gobierno y de cada político dirigente
del país. Muy importante resultaría encaminar proyectos dirigidos a nuestras escuelas que trabajen con dicho fin y que, representen
apoyo a quienes trabajamos la artesanía. Como artesano Puertorriqueño, pongo gran dedicación en cada pieza artesanal que trabajo,
así como carisma y simpatía al exponer las mismas, quizás es esa carisma y dedicación la que le hace falta a nuestros dirigentes
políticos y agencias pertinentes para trabajar verdaderamente por la cultura puertorriqueña y los artesanos que con mucho
esfuerzo la realzamos y somos un puente de apoyo a la economía del país, así como para el turismo. en Puerto Rico. “Apoyo al de aquí” dice Aníbal.